martes, 10 de agosto de 2010

Capítulo dos

Ea, la versión 2.0 del capítulo. A ver que parece...

Autor: Leon

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Winry no entendía que pasaba. La habían sacado a rastras de la habitación como si de una muñeca se tratase. La puerta se cerró tras de Valeriya.

—Enki es un buen actor, ¿verdad?—dijo ella.

—¿Qué ocurre?—Preguntó Winry.

—Tranquila, no pasa nada—respondió Lera—. Vamos a buscar a Sasha.

La jefa echó a andar, dando por terminada la conversación. Winry, complacida, la siguió, dando por hecho que la pistola no era más que atrezo para este juego que tenían. Cuando las damas desaparecieron, Dimitri y Dave se lanzaron a por Enki.

—La mato… —escupía éste, apretando la herida de su hombro— Juro que… un día… la mato. Y Lera tenía que esperar a que se fuera...

Entre los dos cogieron al herido con cuidado y lo llevaron hasta la silla de la jefa. Allí, Dave tomó el teléfono y marcó el número de una línea interna.

—Hola, ¿Andrey? —Preguntó al aparato—. Si… herida de bala. En el despacho de la jefa.

—Dile que se dé prisa o amanece con los peces—saltó Enki.

Dave colgó el teléfono y fue en busca de toallas. Dimitri, mientras tanto, trataba de apartar la ropa de la zona herida de la mano derecha de su jefa. La bala se había detenido al impactar contra el hueso, era visible. Había tenido mucha suerte, a esa distancia el disparo debería haber sido letal. Se libraría con unas vendas y algo de sutura.

Un hombre vestido con un traje negro, igual al de Dave, Dimitri y Sasha, entró portando un maletín, que abrió al situarse frente al herido. Examinó la herida y, sin mediar palabra, extrajo unas pinzas y se lanzó al ataque.

—¡Mierda, Andrey! —gritó Enki, haciendo lo imposible por no retorcerse de dolor— ¿Y la anestesia?

—Eres el tio más quejica que he visto nunca. Si no es para tanto—comentó el doctor, como si nada.

—¿Nada? Debería meterte una bala en el hombro a ti, a ver cómo te sienta—dijo Enki. El matasanos asintió y, una vez terminado, se fue tan rápido como había venido—. Desde luego… si no fuera porque tipos como él son difíciles de encontrar… Dimitri, reúne a los chicos en el salón principal.



El móvil de Valeriya vibraba sin cesar, mientras su dueña mantenía una animada conversación. Había conseguido sacar a Winry con la primera excusa que se le ocurrió, arrastrándola hasta un bar cercano. Allí, pronto se les acercaron dos hombres con ganas de fiesta. El teléfono se paró cuando Valeriya lo cogió.

—¿Qué ocurre?

—¿Dónde estáis?—preguntó Enki al otro lado de la línea.

—En el bar, estaremos un rato más aquí si no te importa— respondió su jefa con ese tono que empleaba para dar órdenes.

—Sin problema. Comenzaré con la purga.

Valeriya posó el teléfono al oír el pitido que indicaba el final de la llamada. En su rostro se dibujó una media sonrisa. Uno de los chicos se había ido, el otro se acercaba lentamente a la boca de Winry… quien alzó el pié y le clavó la punta de sus zapatos de tacón en la espinilla.

—Antes cómprate una cara decente—soltó ésta entre las risas de su amiga.



Enki entró en el salón principal con el brazo en cabestrillo, seguido por Dave. De inmediato, se hizo el silencio. Una veintena de hombres les miraban.

— ¿Se ha muerto alguien? — Preguntó Enki— Porque esto parece un entierro.

Nadie hizo comentario alguno, las bromas de la mano derecha de su jefa rara vez resultaban graciosas.

—Al menos podríais fingir, se supone que soy vuestro superior—murmuró para sí. Luego alzó la voz, dirigiéndose a toda la sala—. Bueno. Valeriya llegará de un momento a otro, con instrucciones respecto al tema de los Vongola y su reciente incursión en nuestras rutas de comercio. Hasta que aparezca, ya sabéis donde están los vasos y las botellas.

Ahora sí que respondieron. Al grito de “gracias”, los hombres del Gato Negro se lanzaron hacia la barra.

—Oye, tío…— Enki se giró y se encontró con Dave— sobre lo de la jefa…

—Te lo he dicho ya varias veces—le respondió—. ¿Recuerdas el cadáver que enterramos el lunes? Si lo comparamos con esto, tú estás aún más abajo. Y ahora, al trabajo.

Se separaron, dirigiéndose hacia los diferentes grupos que se habían formado. Enki esperaba que el ambiente y el alcohol hicieran que las defensas del chivato se relajasen. Su copa de whisky escocés nunca estaba vacía, a pesar de los grandes tragos que echaba. Se acercó a la barra, donde el novato había montado el campamento.

—Sergey, ¿Qué haces aquí sin moverte?

—Me siento cómodo aquí, no sé si me entiende—él no apartaba la mirada del fondo del vaso, casi vacío—. Además, me gusta preparar combinados. ¿Quiere que le prepare uno?

Enki vació la copa y se la tendió. Sergey mezcló whisky con vermut, añadiéndole algo que su jefe no pudo ver. El vaso ahora desprendía un olor reconocible.

—Un Manhattan soberbio—dijo Enki tras probarlo.

—Gracias, señor.

— ¿Tan mayor parezco? —Continuó— Haz el favor de tutearme… tampoco soy tan viejo, solo tengo veintitrés años.

—Está bien… —respondió Sergey, algo cortado— Me alegra que te gustase, Mijaíl.

—No me gusta ese nombre. Llámame Enki, como hacen todos.

Entonces, la puerta del salón se abrió. A través de ésta entraron Valeriya y Winry, la última tambaleándose levemente.

— ¿Estabais bebiendo sin mi?—gritó al ver la escena.

—Winry, cielo, deberías irte a dormir. Te prepararé una habitación, hoy duermes aquí—la jefa hizo un par de señas. Dos hombres se acercaron, esperando instrucciones—. Vamos.

—Lera, ¿podemos hablar un segundo? Es algo importante acerca del bar—preguntó Enki. Valeriya fue a negarse cuando se fijó en su mirada.

—Sasha, acompaña a Winry a una habitación—ordenó. Precedió a Enki a una sala contigua entre los gritos de euforia de la amiga de ambos. Antes de cerrar la puerta, el chico llamó a Sergey para que les acompañara— ¿Y bien?

—Bueno, aquí mi amigo el coctelero se ha ofrecido voluntario para alimentar a Rohan.

— ¿Ah, sí?—Valeriya examinó al novato, quien no parecía entender—. Pobrecito, solo lleva dos meses aquí.

—Y en dos meses ya sabe mi nombre, acaba de llamarme Mijaíl.

—Entonces será un excelente alimento para mi gatito.

Valeriya extrajo su arma y lo apuntó a la cabeza. Señaló a la puerta tras de sí, que daba a la calle. Sergey entendió la indirecta y echó a andar, seguido de su exjefa y Enki. Salieron a una terraza, desde la cual se veía el recinto cerrado que quedaba justamente debajo, a unos tres metros. Allí, Enki lo empujó abajo.

Sergey trató de ponerse en pié, descubriendo así que tenía varios huesos rotos. Buscó un agujero, una puerta o una forma de escapar, pero era imposible. Estaba encerrado allí dentro. A su alrededor iban llegando los miembros de la organización, quienes trataban de buscar el mejor sitio para ver el espectáculo.

Pronto hizo su aparición el actor principal. El “gatito” de Valeriya, un enorme tigre blanco, se lanzó a por su víctima, hambriento. Sergey no dejaba de gritar.

—Me habría encantado pegarle un tiro entre ceja y ceja, jefa—comentó Enki.

—No me negarás que esto es más divertido, ¿verdad?— respondió ésta.

Él se limitó a reírse, observando la escena. Pronto el alimento dejó de gritar y perdió la gracia. Los hombres entraron a la mansión. Enki se acercó al mueble bar privado de su jefa y extrajo la mejor botella de vodka de él. Tendiéndole una copa llena, le preguntó:

—Bueno, Lera, ¿qué hacemos con los Vongola?

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Le toca a Lera

2 comentarios:

  1. ...

    ¡Me he ido a una habitación con Sasha! ¡Y mañana ni siquiera me acordaré! u.u Mundo cruel... Y si el otro tío tenía la cara de Jorge, comprendo el pisotón~

    Esta cien veces mejor que el primero que escribiste, Vicky, se ve los intentos de humor. xD Rohan es muy mono.

    Eso sí, se nota lo mucho que me escuchas. ¿Puedes decirme que has añadido en la escena final sobre los Vongola? Porque dijiste que lo harías y yo no lo veo. Lo único que has hecho es cambiar "Ahora sólo quedaba el problema con la familia Vongola" por "
    —Bueno, Lera, ¿qué hacemos con los Vongola?", lo cual es exactamente lo mismo. Había que INTRODUCIRLA, o sea, añadir más información que tomaría el siguiente. En fin, no se pueden pedir peras al olmo~

    Un beso, y ponte a ver Fushigi Yugi.

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  2. Hola Vicky!!

    Tu ni caso a Neissa, te ha quedado genial. A mi me ha gustado. Y no te preocupes por los Vongola, ya se me ocurrira algo.

    Por cieto, me parti el culo con lo del bar ^¬^

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